Planificación vs Estrategia

Si reflexionamos sobre el concepto de planificación estratégica, nos daremos cuenta que estrategia y planificación no significan lo mismo. Sin embargo, su uso conjunto produce cierta confusión a la hora de abordar un desarrollo estratégico y caer en la trampa de la planificación.

La Estrategia son un conjunto de elecciones integradas que te posicionan en un mercado que has elegido tú con un planteamiento para ganar. Tienes que tener una teoría o unas asunciones previas de porqué te posicionas en ese mercado y cómo lo haces para atraer clientes. Pero el planteamiento tiene que tener coherencia, tiene que poder hacerse y se tiene que traducir a ciertas acciones. En el caso del ámbito de la estrategia, existe cierta incertidumbre puesto que son los clientes los que eligen tu producto o tu servicio, de manera que no se pueden controlar las ventas.

En cuanto a la planificación, ese conjunto de acciones no tienen porqué tener coherencia entre sí ni tener una especificación de cómo se consiguen de forma colectiva. Además, la planificación es una tarea «cómoda» definiéndose los recursos disponibles, contratando a gente, diseñando la marca del producto… Sin embargo, tiene un alto componente de gestión de costes porque tú eres el cliente y las decisiones se toman por uno mismo (qué materiales comprar, cuánta superficie alquilar…).

Es decir, es más sencillo decir que construirás una fábrica o que contratarás a más personal que afirmar que nuestros clientes querrán nuestros productos sobre los de los competidores. La Estrategia no puede demostrar que el plan vaya a ser exitoso desde un principio.

Por otro lado, el planteamiento de una Estrategia no debe ser extensa a la hora de ser explicada y se debe centrar en ciertos ámbitos como:

  • Dónde elegimos competir.
  • Cómo hemos decidido ganar.
  • Qué capacidades necesitaremos (existentes o nuevas).
  • Qué sistemas de gestión implantaremos.

La coopetición ya es una necesidad

La estrategia de coopetición es un neologismo utilizado para describir la competición cooperativa y que sucede a niveles tanto inter-organizacionales o intra-organizacionales. Giovanni Battista y Giovanna Padula fueron los primeros en acuñar el término en 2002. Consideraron que las organizaciones cooperan cuando cada una crea un mayor valor si se comparan con el valor creado sin interacción y luchan para obtener una ventaja competitiva. Pero la coopetición tiene lugar cuando las compañías que están en el mismo mercado trabajan conjuntamente para la exploración del conocimiento y la investigación de nuevos productos y al mismo tiempo compiten por la cuota de mercado de sus productos y en la explotación del conocimiento creado. Cuando las empresas aprenden a trabajar de forma conjunta, los competidores de la industria pueden llegar a un mercado global más grande, apalancándose en una proposición de valor única.

En cualquier caso, hay que tener presente que el crecimiento en una industria es frecuentemente dependiente de cierto nivel de adaptación entre los keyplayers, pero gracias a la digitalización de la economía las organizaciones se dan cuenta que no pueden ir solas. Para crecer dentro de un ecosistema digital de servicios, las empresas necesitan de estrategias que abarquen tanto aspectos de competición como de cooperación.

La necesidad de la cooperación está bastante clara en el entorno competitivo actual, sin embargo hay que tener presente las fronteras entre los comportamientos tanto colaborativos como los combativos, así como permitir una estrategia que tenga la suficiente flexibilidad como para permitir la creación del máximo valor.